viernes, 19 de agosto de 2011

La voladura del Puente Mayor.

Hace unos días Jesús Ángel González, creador del completísimo blog VALLISOLETVM, me pidió información sobre una de las fotos más antiguas de Valladolid, la de las aceñas con el puente Mayor de fondo que reproduzco a continuación. La encontraréis en: http://vallisoletvm.blogspot.com/2011/08/la-fotografia-mas-antigua-de-valladolid.html  



Aprovecho para ofreceros una de las recreaciones pertenecientes a mi trabajo, aun inédito "Paisajes con Alma", inspirada en ella, y vayais abriendo boca:




Se trata de una de las voladuras que sufrió el puente Mayor durante la guerra de la Independencia. Los franceses huyen acosados por las tropas de Wellington.
 El testimonio más conciso de las voladuras, nos lo dejo escrito don Hilarión Sancho  en su Diario de1812: Mes de julio “Dia 29, hubo una gran conmoción entre los franceses para evacuar esta ciudad, lo que ejecutaron por la tarde, y lo mismo los afrancesados; los últimos que quedaron volaron el primer ojo nuevo del puente mayor, aunque no del todo”… “El 7 de septiembre volvieron a escapar los franceses por el camino de Cigales, habiendo volado lo que quedaba del ojo del puente”.
Localizar el ojo que fue volado en primer lugar resulta difícil. La única pista que da es cuando lo califica como “nuevo”. La reparación más importante que sufrió el puente inmediatamente anterior a la crónica, fue la efectuada  en 1796  que subsano los daños de un arco que “con las avenidas del agua ha sufrido una quiebra de mucha consideración”. El arco fue reconstruido y puede ser al que se refiere don Hilarión, pero desgraciadamente la noticia tampoco dice que arco fue.
Sigue don Hilarión: “El 29 de dicho octubre se retiraron nuestras tropas poniéndose a salvo volando el puente de Cabezón, el de Simancas y el segundo ojo del puente mayor de nuestra ciudad”. Cuando dice “el segundo ojo”, debe referirse a que fue el siguiente en ser volado, no al espacio que ocupaba.  Aquí nos planteamos si los ojos volados fueron contiguos, y parece ser lo lógico si lo que se buscaba era aumentar el estropicio.
Ante la falta de datos, recurrimos al examen visual. Efectivamente, los arcos cuarto y  quinto contando desde el lado de la playa son modernos, de medio punto y no apuntados como los medievales. Y aunque hay más arcos reformados, estos parecen haber sido hechos en una misma actuación. ¿Serian los reconstruidos  por el cantero Yrure catorce años después? Suponemos que si, y hemos hecho la recreación siguiendo esta hipótesis. Como dije, nos basamos también en la fotografía tomada escasas décadas después de producirse este episodio.

No falta tanto para celebrar el bicentenario de la liberación de Valladolid, y sería precioso si el Ayuntamiento recreara en vivo este suceso histórico, asunto fácil si se cuenta con la ayuda de las asociaciones que reviven cada año la batalla del Moclín en Rioseco.
http://www.medinaderioseco.com/actualidad/index.shtml?idboletin=335&idseccion=8922

Por último, felicitar la labor de Jesús Ángel con Vallisoletvm, que me consta que no ha recibido una palabra de gratitud ni ánimo de ningún organismo oficial ni de persona experta.
Gracias.




lunes, 15 de agosto de 2011

Asesinato urbanístico

A pesar de ser un blog dedicado a Valladolid, no puedo dejar de denunciar asesinatos urbanísticos en otros lugares.

Hace pocos días me encontraba en Oporto, dispuesto a admirar uno de esos paisajes de entre ríos,  bucólicos y evocadores, tan típicos de Europa. Quien no conozca un atardecer dorado en los puentes de Praga o Budapest, o a las orillas del Sena, no los deje pasar.

Enseguida me acordé de Pucela, pero no por las vistas del Pisuerga, sino por las chapuzas en otro tiempo permitidas.

Observe el lector en la foto, lo bonito que hace en un paisaje de acuarela que se exporta al resto del mundo, el gigantesco anuncio de una marca de coches, para colmo española. Como puede el lector comparar con las casas de abajo, mide más que una de cinco pisos. Y además, pintado de colorao para estropear más la vista.

Aquí se prohiben los anuncios luminosos o salientes en las tiendas del casco antiguo, y en Portugal permiten adefesios de tamaño titánico en una estampa que venden para atraer turismo, que ahora parece una carretera de pueblo.


Cero al Ayuntamiento portense, al soplagaitas de turno responsable de Cultura, de Portugal o de la Unión Europea, que tal permite, y por supuesto, a la "responsable empresa anunciadora", como se decía antiguamente para evitar pegadas carteleras.

Le queda un hervor a nuestro querido país hermano, tan bonito como hospitalarias y simpáticas sus gentes. Esperemos que no pase lo que aquí, y para cuando quieran legislar al respecto, no les quede ya media ciudad destruida y llena de pegotes.