Poco o nada queda de los antiguos monumentos desaparecidos. Lo único que podemos hacer es practicar la búsqueda de pequeños restos, más que nada por romanticismo.
Que me perdone el lector si atiendo poco este blog, pero las circunstancias no me dejan tiempo. Casi sólo para atender alguna pregunta, como en este caso. Me preguntan si estoy seguro de lo que se afirma en los "Rinones con Fantasma" sobre las columnas que delimitaban la antigua fachada gótica de la Universidad. La verdad es que en el libro se afirma que son las cuatro de piedra que están en la plaza de Santa Cruz, del lado de las casas; en el original digo que "pueden ser", pero el que maquetó el libro leyó mal y yo tampoco vi la pifia al revisar las galeradas.
No se puede afirmar nada sin documentación o prueba irrefutable.
Dibujo de la fachada antigua, foto de los restos de ella poco antes de su demolición y reconstrucción infográfica
Lo que si es verdad es que son cuatro, las únicas de piedra de toda la plaza pues el resto son de granito, y que presentan la marca de unas argollas que rodeaban el fuste y que sujetarían sendas cadenas que cerrarían el recinto. Todo ello coincide con el dibujo de Ventura Pérez, y la cercania con su antiguo emplazamiento en la calle Librería parece un apoyo más a la hipótesis.
Además, tampoco hay ningun monumento desaparecido cercano que pudiera haber tenido cadenas y nos pudiera equivocar. Los más cercanos fueron San Esteban, la del convento de Belén y la iglesia de la Merced y no hay constancia de que las tuvieran. De la Magdalena hay un garbado de Parcerisa en el que se puede ver que tuvo un atrio delimitado por una cerca de piedra, pero nada de cadenas. Y ya es irnos lejos.
Detalle de las columnas del dibujo.
Una de las columnas.
Que el dibujo no coincida con su verdadera forma no nos debe sorprender, pues es lo habitual en los que dejó Ventura Pérez, poco cuidadoso en los detalles de menor importancia.
Detalle de la acanaladura que alojaría la argolla que sujetaría las cadenas.
También se considera que el escudo de la Universidad que tuvo la fachada es el que se conserva en el patio del Museo de Valladolid, pero no coincide con el que se ve en la foto que se conserva.
Es dificil profundizar en estos pequeños detalles, que carecen de la importancia que requiere una investigación minuciosa, pero nos pueden acercar a encontrar piezas más interesantes.
Nuestra ciudad no tiene canteras de piedra cercanas, y por eso los sillares de los monumentos derribados eran comunmente reutilizados o reubicados como en este caso. Una carretada de piedras traída de lejos costaba un dinero y cundía poco. Pensemos en cuántos carros fueron necesarios para construir la Catedral.
Mucha piedra fue así a parar a obras públicas, a veces con poco tacto artístico si hacemos caso al aviso que recibió Agapito y Revilla sobre que la estatua del santo que presidía la fachada de san Francisco, había sido usada como pavimento en un patio de la calle Constitución.
Siempre me he preguntado sobre el paradero de lo que quedara del León de la Catedral, aplastado en su caída por la Buena Moza en 1841. Puede que tras el mucho tiempo que las piedras de la torre estuvieron apiladas en Portugalete, pasase a formar parte del pavimento de algún rincón, como el de la fachada barroca de la Universidad o el empedrado de Santa Cruz. Aun no lo sé.
Empedrado de Santa Cruz.