Ya sabemos el desapego ciudadano para con los pocos vestigios de arquitectura urbana antigua que nos quedan. Y más si no existe una normativa que conduzca a recuperar el aspecto original, siquiera del exterior de los edificios cuando se rehabiliten. Peor aún; la arquitectura moderna ha cubierto muchas venerables piedras de estructuras y ventanas metálicas, claraboyas de plástico y pinturas de colorines.
Tampoco se respetan los entornos: zonas de arquitectura modernista y art deco con mobiliario urbano de la guerra de las galaxias y complejos de arquitectura herreriana a los que se han adosado modernos tochos de hormigón y piedra, que donde lucen es en Parque Alameda. No cuesta tanto hacer un edificio con las magníficas características técnicas modernas, pero con un diseño, también moderno, que armonice con el entorno y cuatro elementos decorativos.
Las actuaciones urbanísticas deberían amoldarse a los edificios y no al revés: contenedores de basura subterraneos en toda la puerta de la iglesia de las Salesas o en la del colegio de las Teresianas. En fin...un poquito de cuidado.
Volviendo al tema. Siempre he defendido que el monumento más siginificativo de la ciudad son los soportales. Forman un bloque con la Catedral, la Vera Cruz y las Angustias, y simbolizan los renacimientos de Valladolid del incendio pavoroso y de la huida de la Corte. Quedan pocos edificios del proyecto de Francisco de Salamanca. Hasta hace poco, el edificio de la Fuente Dorada con esquina a Cánovas del Castillo, que ha sido rehabilitado, conservaba en su fachada norte su diseño original de ladrillo con las ventanas dobles en el último piso. Incluso tenía una carpintería de balcones realmente antigua en algunos de ellos. La fachada fué derribada, no rehabilitada. Con lo bonito que hubiera sido conservar ese recuerdo.
En la foto remarco con azul las ventanas originales.
No sé cuantas fachadas originales se conservan aún bajo los revoques de yeso posteriores. Pocas, creo.
De momento, el edificio que a la actualidad se rehabilita entre las calles Vicente Moliner y Matías Sangrador tiene también su estructura original, pero ya han tapiado las ventanas superiores para hacer la "restauración" de turno. Por lo menos no las han derribado.
He remarcado en rojo las ventanas originales. que se ven mal en la
foto por culpa de la malla que roidea el andamio.
Anda que no es ancha Castilla, que siempre tienen que venir a atacar al casco antiguo.