Limitada a veinte imágenes, que podrían ser veinte millones.
Orientada hacia lo onírico, que me dejo llevar por las ganas de salir. Del mundo, de mi.
Cavilaciones sobre el mito de Eros y Thanatos, caricias y golpes que nos llevan al final. Que nos esculpen.
Apelaciones al sueño de la razón. Absurdos.
No se cuando acabaré ni si se llegará a exponer, pues un autor, a base de ser sincero, se termina desnudando.
Y a nadie le gusta que vean sus entecas carnes a foco puesto y en la puñetera rue.
Supongo que lo haré.
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