martes, 19 de abril de 2011

Blanco y Sepia


He aquí un proyecto a madurar poco a poco. Blanco y sepia es un paseo visual entre aquellos edificios que cuando yo era pequeño, la gente simplemente llamaba "casas viejas", y ahora empiezan a ser considerados preciosos exponentes de un perdido Valladolid romántico.

                      

Un servidor ha tenido la posibilidad de verlos cruzar la niebla del tiempo, en muchas, muchas fotos en blanco y sepia. De verlos cruzar, inamovibles, lustros y décadas, mientras nuestros abuelos pululaban en la grisalla sin afectarlos, en mañanas de desfiles, domingos de barquilleros y lluvias de septiembre..,

                      

Quiero darles la importancia que merecen, que veo que la gente sigue paseando más pendiente del trafico y los escaparates que de disfrutar Valladolid. Una vez más, los árboles no nos dejan ver el bosque.

                     

Arquitecturas art deco, modernistas, pérgolas, jardines, alardes fabriles, elegantes comercios y galerías... Espacios de una sociedad remilgada, elegante, industrial, de la que aún percibimos ecos.



Casas de ostentosas fachadas a lo parisién con las iniciales en el portal, con continuación en graníticos mausoleos en el cementerio del Carmen. Familias so el patriarcado de un Don Fulano que regía con igual rigidez al primogénito heredero, a la entregada señora e hijas, casaderas o para monjas, hijos soldaditos pero de carrera, chachas con puntillas y ganapanes con mahón y visera que se pasaban la vida entera en su negocio, comían en la trastienda y echaban la cabezadita debajo del mostrador.



Esos mismos que vemos en las fotos blanco y sepia, con mostachos y miriñaques o con carros de mano y delantales, son los que hicieron Valladolid como es, para bién o para mal. Son los que a fuerza de trabajo en tiempos difíciles, tallaron el lado romántico del paisaje de nuestra ciudad.





1 comentario:

  1. Le agradezco mucho que haya sacado una muestra de las magníficas puertas de una vivienda en ruinas (con andamio permanente incluido, vamos) de la calle Colmenares. Echo de menos que alguien las tenga en cuenta porque son una pequeña joya que poco a poco va siendo olvidada, pues se están estropeando, ignoro si algún buen samaritano se digna a limpiarlas de vez en cuando.
    ¡Enhorabuena por su blog!

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